Planes y más planes (1898-19599
Planes y más planes (1898-1959)
La Aldehuela siempre estuvo en la cabeza de los
ayuntamientos salmantinos, al principio como parque y después como parque y
playa, hasta llegar –después de 1979—la actual Ciudad Deportiva, pero esos
planes chocaban insistentemente con el muro económico: no había dinero. A
finales del siglo XIX (1898) el llamado paro obrero castigaba Salamanca de una
forma tremenda, de ahí que la intención de situar en La Aldehuela un vivero
municipal tenía como objetivo dar trabajo a sesenta personas, se decía. Con el
nuevo siglo (1901) se buscó, con las mismas intenciones, el aprovechamiento
forestal de La Aldehuela, que acabaría por ser un clásico de ese siglo XX. Una
Aldehuela vinculada a la toma de agua para el abastecimiento de la ciudad, el
ocio y el trabajo de las lavanderas.
Santiago Madrigal, arquitecto muy vinculado al
abastecimiento de agua, se volvía loco buscando un remedio a la penosa calidad
del agua cuando el caudal bajaba. Y ese remedio, decía, estaba en La Aldehuela,
que cada vez se encontraba más cerca de Salamanca gracias al nacimiento de la
“Prospe”, quizá por ello Emilio Ingelmo pidió autorización para instalar en
ella un merendero, que le fue concedido en 1907. Y en cuanto a las lavanderas,
que tenían en La Aldehuela, un lugar de trabajo, consiguieron en 1912 agua
caliente para su trabajo, o más bien Urbano Andrés, que después la repartía, en
un lavadero que estaba construyendo. Poco antes, en 1910, la idea fue
establecer una granja agrícola como fines experimentales, aunque finalmente
aquella Granja Escuela se abre también en la zona de San Jerónimo (Mirat),
aunque con alguna dependencia en La Aldehuela. En 1912 parecía que la llamada
Granja Escuela tenía visos de realidad porque la prensa hablaba de su director,
Jesús Miranda, autor también del proyecto. Hombre avalado por su título de
ingeniero. Se hablaba incluso de la inversión: 363.148,25 pesetas.
El paso de los años fue conformando el carácter social
de La Aldehuela, donde la asociación católica Adoración Nocturna celebra su
Fiesta de La Espiga el 15 de junio de 1913.
Las dificultades para crear en La Aldehuela el parque
que necesitaba Salamanca hicieron que el Ayuntamiento buscase alternativas. En
primer lugar (1926) en la conocida como “Chopera”, con el cementerio a la
vista. Y más tarde en la carretera de Zamora.
Una de las fechas claves de la historia de La
Aldehuela es el 14 de julio de 1961 porque ese día, en pleno, se aprueba un
dictamen de Hacienda sobre la adjudicación, instalación y explotación de una
playa municipal en el rio Tormes. La Aldehuela partía con una ventaja, su
arenal, que lo tenía desde hacía tiempo, formando parte, además, de la
toponimia de los salmantinos, que hablaban del “Arenal de La Aldehuela” (1920)
para señalar, por ejemplo, que alguien se había ahogado. Un arenal que tuvo
también aprovechamiento empresarial para la construcción, cerca de la
desembocadura del Camino de las Aguas, y al que se acusaba de los cambios en el
suelo subacuático de La Aldehuela, sus remolinos y en consecuencia sus
víctimas. Este aprovechamiento de áridos de La Aldehuela no estaba lejos de la
toma de aguas, que seguía protegiéndose, por ejemplo, vigilando que no se
emplease para pescar cal, cicuta y otros venenos (1936).
Los años cuarenta del siglo pasado también fueron
inciertos para el futuro de La Aldehuela, sobre todo porque el 31 de diciembre
de 1942, después de aprobada la repoblación forestal y la explotación del
vivero municipal, vence a finales de año la fecha de arrendamiento de La
Aldehuela, que pilla al Ayuntamiento, como siempre, sin dinero. En 1944 sale a
subasta la enajenación de la finca municipal de La Aldehuela, y en 1946 se
anuncia que comienza a funcionar en La Aldehuela de los Guzmanes el vivero
municipal.
La “Prospe” era para entonces, años cuarenta, una
realidad y hacía que La Aldehuela no se viese como algo muy lejano. De ahí que
en los años cincuenta se hablase de La Aldehuela como la playa natural de
Salamanca, aunque muchos la seguían viendo sobre todo como parque, aunque las
grandes transformaciones de La Aldehuela llegarán en la década de los años
sesenta. Pero, antes de entrar en ella, un vistazo especial al espejo retrovisor:
en julio de 1962 encuentro de LA GACETA una crónica en la sección “La Ciudad
Hoy” que podría ser de Alfonso Hortal o Francisco Bravo en la que se ofrecen
algunos datos interesantes sobre nuestra Aldehuela. Por ejemplo, que la finca
fue adquirida por Miguel Iscar Peyra en el año 1930 por sesenta mil duros, que
desde hacía unos años estaba arrendada. Parece que el vendedor fue Carlos
Mediero y que la intención de la compra fue “instalar los servicios del agua y
proteger las famosas galerías filtrantes, desaparecidas ya hace algún tiempo,
pues la construcción y puesta en servicio del embalse de Santa Teresa influyó
en la forma de solucionar los servicios de elevación del agua”. La crónica
elogiaba que el Ayuntamiento convirtiese en “un gran parque natural” el predio
municipal de La Aldehuela de los Guzmanes. Un año antes, también el pleno
municipal, debatió la creación de la playa artificial de La Aldehuela,
inaugurando así una década de cambios importantes para esta zona salmantina.
Mañana en la playa de La Aldehuela. Foto familiar de
los años sesenta.
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